Mi punto pedagógico…Crónica de una inscripción

*Prof. Emili Altuve /Foto Bracani Antonio/
Regreso a la escuela después de darnos un saludo y hacernos la pregunta de siempre a dónde fuiste en vacaciones?, contar anécdotas, mostrar las fotos tomadas en el celular y decirnos, que rápido se pasaron estas vacaciones verdad?­ pasamos a los salones y comenzamos a desempolvar todo aquello que tiene un buen tiempo sin ser limpiado, ya son las siete y diez minutos de la mañana y la gente está esperando a ser atendida para el proceso de inscripción puesto que en julio fue tan solo un diez por ciento de la población total a inscribir.



Entre organizar el salón, buscar las carpetas correspondientes y esperar alguna disposición nueva emanada bien sea por el Ministerio de educación o algún otro ente, nos regresamos al salón, por el camino recibimos saludos y algunos: maestra por favor necesito un cupo, el cual no está en mis manos el poder facilitarlo, en el salón saco todo mi equipo de trabajo: lápiz de grafito, lapiceros (varios porque siempre a otro colega le falta uno o misteriosamente se pierde), tipex, elemento imprescindible, borrador, hojas en blanco, grapadoras con grapas, clips, celoven y pega en barrita. Sin contar con el acordeón que contiene las treinta y seis carpetas individuales, aproximadamente, con los datos de los niños que deben ser inscritos para ese grado en este año lectivo, además de la carpeta con las actas de compromisos, el permiso procedente por alguna organización para que el niño o niña sea fotografiado y filmado y así se pueda poner en marcha tal o cual proyecto, el cual traerá muchos beneficios a la escuela, también me traje en el camino la carpeta con el reglamento interno de la escuela, que se le debe entregar a cada representante, en fin todo ese material lo traigo desde la secretaría que queda dos pisos arriba del que va a ser mi salón. Cuando entré noté que ya había seis personas con unas caras de pocos amigos y lo peor era que me estaban esperando a mí, ay dios, son las siete y veintidós minutos de la mañana me siento un poco preocupada porque todo salga bien, en fin se trata sólo de un proceso de inscripción normal, que podría pasar?, doy los buenos días y sólo una persona me respondió.



Pasen adelante los atenderé por orden de llegada por favor siéntense, escucho fuertemente que me dicen apúrese maestra porque yo si tengo que irme a trabajar y ya es muy tarde, y me pregunto, ella si tiene que ir a trabajar, acaso yo no estoy trabajando? Me quedo callada y digo: cuál es el nombre de su representado?, me dice Frank, comienzo a buscar al niño Frank pero nada, dígame el apellido por favor, González, sigo buscando a Frank González, duro como tres minutos y nada, pienso será que tiene otro nombre, hasta que consigo a un Luis Francisco González, será éste niño con este nombre?, me responde la señora, ah si ese mismo es, lo que pasa es que todos le decimos chipi, bueno pero si es su madre debería saber el nombre que le colocó, eso lo pienso mas no lo digo, vamos a verificar los datos, dirección donde vive, lugar y fecha de nacimiento, un número de teléfono en caso de emergencia, fotocopia de su cédula de identidad ya que es la representante legal, tres fotos tipo carnet del niño…



Cuando solicito estos requisitos me contesta la señora con una cara, y fotos para que? allí tiene una (si hay una de cuando estaba en preescolar ahora el niño va a estudiar tercer grado), ya va es que yo no soy su mamá, soy su vecina que voy a hacerle el favor al chipi para inscribirlo, anote este número que me dio la mamá (pienso ojalá ese número sí exista, no este cortado o sea de alguna fábrica), el chipi la mamá me dijo que cumple el 24 de abril pero no se acuerda el año porque ella tiene seis hijos y usted sabe, y ellos viven aquí mismito en los vientos (dios, todo el sector se llama así, pienso), yo escucho todo aquello al mismo tiempo que le debo decir que no le puedo inscribir al niño porque ella no es la representante legal y necesito verificar algunos datos importantes, imagino que se va a molestar conmigo porque al fin y al cabo, ella vino a hacer un favor a la mamá que trabaja en casa de familia y no le dan permiso para venir a inscribir a sus hijos.



Efectivamente eso ocurrió cuando le dije que es la madre del niño o en su defecto una persona formalmente autorizada por la Defensoría del Niño para realizar dicho trámite, pues se levantó indignada me dijo que la hice perder su tiempo y que me iba a denunciar ante la LOPNNA porque le negué el cupo al niño, imagino que eso mismo le iba a decir a las otras tres maestras de los hermanos de Francisco, pero me tocó a mí por cosas de Dios ser la primera en atenderla.
Se fue la señora y pasan cuatro personas más para realizar inscripción de los niños, tres de cuatro se les olvidó el número telefónico, no tienen celular o el que dieron les faltó un dígito, no trajeron fotos actualizadas, y a aquellos que les falta alguna fotocopia de documento prometió, juró ante la tumba de su madre viva, que lo traerá para después. Los que han pasado se fueron con caras de asombro, horror y extrañeza, como preguntándose para qué sirve esto? cuando les entregué la lista de útiles escolares. Reconozco que algunos docentes o escuelas abusan con esto, pero realmente trabajando en mi escuela de bajos recursos hacemos lo más que se puede por solicitar estrictamente lo necesario pensando en el bolsillo de los representantes.



Bueno siento un pequeño malestar y me doy cuenta que no he desayunado, ni tampoco he ido al baño, no puedo debo atender a los representantes. Aunque usted y ellos no lo crean. Así que continúo, de repente hay un silencio total, converso con una colega, y llega como una ola gigante, unas quince personas entre representantes y los hijos que se traen porque no tienen con quien dejarlos en casa, ah, una señora entró también con un perro, pero tranquilos que no muerde. No se pero la educación que me dieron mis padres creo que fue distinta a la de hoy, porque yo no recuerdo a mi mamá, ni a la mamá de alguno de mis amiguitos, ir a la escuela en chores, licras, cholas y sin sostenes, me disculpan una cosa es ser pobre y otra es evitar que se note. El perro se hizo pis, así que tuve que ir a limpiar porque allí en mi escuela no hay bedel. Y los representantes molestos porque no los atiendo.



Bueno ya son las once y cuarenta y cinco, a las doce salimos de la escuela, he inscrito diecisiete niños, a las once y cincuenta voy recogiendo puesto que debo dejar en acta, escrita a mano, de cuantos alumnos inscribí y si tuve algún inconveniente, aclaro lo del perro no es inconveniente porque de lo contrario me denuncian ante la ley de protección de animales. Aún no he podido comer y tuve celos del perro porque él sí pudo hacer sus necesidades.Comienzo a escribir el acta, hoy…a las once y cincuenta y tanto, bla, bla, bla, en lo que llega una señora, maestra vengo a inscribir a la niña, aparto el acta que ya no me va a servir, dígame ¿como se llama la niña?, ella responde: kim, busco en el acordeón, y el apellido? Montesinos, me responde, kim Alexandra Montesinos Alcalá, yo le pregunto pero ¿usted es la mamá de la niña?, sí, me dice ella, ah sentí alivio, cuando me dispongo a actualizar datos le solicito la fotocopia de la cédula de identidad y en ella decía Luz Marina Perales Torres…tomé aliento y ese día salí de la escuela a las doce y cuarenta y dos minutos de la tarde.
*Magister en Educación, mención Estrategias de Aprendizaje

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