La crónica menor LUIS UGALDE


Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo.

Gráfica Alirio Altuve Contreras CRGV 1.054.

La Iglesia en Venezuela tiene mucho que agradecer y admirar por la pléyade de sacerdotes nacidos en otras latitudes que han hecho de nuestra tierra la querencia de sus afanes y trabajos. En el último medio siglo, para referirnos al tiempo presente, nombres como los hermanos Aguirre Elorriaga, José María Velaz, Cesáreo de Armellada, Emilio Blaslov, Cesáreo Gil Atrio, entre otros, todos ellos de proyección nacional, a los que hay que agregar un buen número de sacerdotes diocesanos europeos que dejaron huella en muchas de nuestras ciudades y pueblos. No debemos olvidar a numerosas religiosas que en los campos de la educación y salud fueron también pioneras de una acción eclesial y social que le ha dado lustre a la Iglesia católica en Venezuela.

Con apenas 18 años, llegó a nuestra tierra para hacer noviciado y formar parte de la provincia jesuítica venezolana, Luis Ugalde. A su impronta vasca sumó por voluntad propia el conocimiento y amor, hecho vida y obras, de su aporte al gentilicio venezolano. Su obra más acabada son los últimos veinte años en los que ha regido los destinos de la Universidad Católica Andrés Bello. Gerente y administrador de primera, la obra material y espiritual que deja es el trofeo que puede mostrar con orgullo. Pero a ello hay que agregar sus afanes de investigador, escritor, columnista, colaborador de primera línea de la Conferencia Episcopal. Pero, sobre todo, sacerdote, orientador, trabajador en equipo con religiosos y laicos, presente en los medios populares porque lleva dentro la opción preferencial por los pobres y comparte con ellos al igual que con sus pares universitarios.

A sus varios títulos académicos suma su paso por el Centro Gumilla, Provincial de su Orden, Presidente de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos, Presidente de la asociación de universidades jesuitas de América Latina, y representante de nuestro país en numerosos foros internacionales.

Se escribió de él: entre la grandeza y la sencillez transcurre la vida de este sacerdote español de nacimiento, pero venezolano de corazón. Ugalde es un rector que la universidad no va a olvidar. Fue rector en un país que agradece haber hecho de la UCAB una institución cuya prioridad siempre, como la de él, es Venezuela.

Gracias a este buen hijo de San Ignacio de Loyola, sembrado entre nosotros para mayor gloria de Dios y honra de quienes nos sentimos sus amigos. Que el Señor lo siga bendiciendo en sus nuevas responsabilidades en pro de la educación y la investigación, aquí y más allá de nuestras fronteras.


32/ 4-8-10(2598)

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