Desde la calle Burate, Carvajal/El Cuatricentenario de Boconó

Cortesía de diarioeltiempo.com Gráfica Alirio Altuve Contreras CRGV 1.054

RAMIRO DURÁN - Casi catorce años de vida tenía aquel treinta y uno de mayo de mil novecientos sesenta y tres cuando Boconó cumplió cuatrocientos años de fundado; por las radios Boconó, Rumbos y Continente se oían las noticias, también por el periódico El Tiempo, en esa época cada ejemplar del periódico pasaba meses entre mano y mano, las informaciones se leían y se releían, oíamos y leíamos "El Cuatricentenario de Boconó", aquel año de aquella década, aún casi estábamos en pañales, porque lo recio de nuestro padre José Ramiro nos controlaba cualquier movimiento.

Siempre digo, allá por aquellos años, los sabaneros, los pantaneros, los mosqueyeros, los laguneteros, los del Potrerito y otros lugares de arriba en Boconó, poco teníamos contacto con los puebleros, rara vez visitábamos o nos visitaban algunos familiares de allá, la educación primaria la hicimos en la escuela "Monseñor Mejía" de Los Pantanos, el maestro Gastón Velazco, era el director, pasaron los años, cuando entramos al liceo "Dalla Costa" ahora si teníamos que ir diariamente al pueblo, allí comenzamos a intercambiar opiniones, conversaciones, nuevos profesores, nuevas amistades, en el liceo nos encontramos con paisanos de otros lugares, con los de la calle arriba, los de la calle abajo del pueblo, de La Sabanita, de La Vega Arriba, Vaga Abajo, de Niquitao, Tostós, Burbusay, San Miguel, San Rafael, Miticún, El Pocito, Batatal, Campo Elías, de otros lugares, incluso de otras entidades, Portuguesa, Lara, Zulia, de todos ellos éramos compañeros de estudios, fuimos amigos, aún se conservan muchas de esas amistades.

El cuatricentenario de Boconó en aquel mil novecientos sesenta y tres, muchos estábamos en la pubertad de la vida, otros eran adolescentes, otros tantos ya adultos pero aún usaban los pantalones cortos, todavía no tenían plena libertad para salir a echar la parrandeada después de las nueve de la noche, escapándose los más osados para visitar algunos bares y tomarse varias cervezas, marcar en las rokolas las canciones de Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo, Néstor Zavarce, Héctor Cabrera Mario Suárez; irse al Balalaica en La Primera Sabana, o más lejos, a La Vega Arriba donde había bares atendido por mujeres.

Ocho años más estuve en Boconó, específicamente en La Segunda Sabana y sus alrededores desde ese Cuatricentenario de mil novecientos sesenta y tres, me gradué de maestro normalista en la primera promoción del "Monseñor Camargo" en mil novecientos setenta y uno emigré a La Quebrada de Urdaneta como maestro en una escuela unitaria del núcleo 252. Cuarenta años han transcurrido, de aquella venida y cuarenta y ocho de aquel cuatricentenario, este veinticinco de mayo de dos mil once, leemos en el mismo diario El Tiempo, Boconó Celebra sus Cuatrocientos Cuarenta y Ocho Años, en este tiempo que ha pasado, han pasado y han cambiado muchas cosas, mis padres José Ramiro y Teresa de Jesús ya no están, lo mismo que un hermano, muchos tíos, sobrinos, primos, otros familiares y amigos se fueron a la eternidad, tampoco está aquella hacienda Los Claveles, donde nos hicieron, nacimos y nos criamos, ya no están los potreros con sus vacas, otras haciendas con sus cafetales, muchos como yo, emigraron a otros lares, aún quedan mis hermanos, Martín, Angélica, Eulalia, Julio, mis sobrinos, cuñada, otros familiares y amigos, aquellas novias, ahora igual que yo contemplamos los nietos, también quedan las amistades, los recuerdos y las vivencias de los paseos, por la laguna, Niquitao y sus mantecadas, Tostós, los ríos Burate, el Boconó, Las Adjuntas, las quebradas La Segovia, la Mitimbón. Miticún, El Hato con sus acemas, quedan las vivencias, sus recuerdos de todos los demás lugares, especialmente los bonitos recuerdos de La Segunda Sabana; gracias Dios mío, por tanta dicha que nos ha deparado, que Dios y la virgen Santísima bendigan al Jardín de Venezuela, amén.

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