Alirio
Altuve Contreras CNP 14.666
Las pulperías aumentaron su presencia en
Venezuela durante la colonia, más específicamente en los siglos XV y XVI; estos
eran lugares donde las personas encontraban variados y disimiles artículos, entre estos, bebidas, comestibles,
implementos agrícolas, además vendían mercería.
Francisco (Chico) Sosa (+) |
Por lo general las personas aparte de
adquirir algún producto en la pulpería, se reunían allí cuando llegaban a la
ciudad procedente del campo, iniciando amenas tertulias las cuales se
acompañaban con la ingesta de bebidas alcohólicas. Estos encuentros de
conversaciones con distintos temas, se prolongaban por varias horas, en
ocasiones la vista se ponía borrosa y las personas perdían el equilibro, pero
alegres y contentos salían del lugar a veces caminando en zigzag, o en un
pasito adelante y varios para atrás.
Boconó
no escapó a las pulperías, una de ellas aún se mantiene activa desde el
año 1930 del siglo XX, regentada en un principio por los hermanos Jesús María y
Juan Luis Sosa Rivero, ambos oriundos de Trujillo, instalaron su negocio en
Pueblo Nuevo, sitio comercial de la parte baja del Jardín de Venezuela.
Esta pulpería hoy en día es propiedad de
Francisco Domingo Sosa Rivero (Chico Sosa), nació en Trujillo el 22 de octubre de 1922, contaba con 15 años cuando
motivado por sus hermanos se traslada a Boconó; comenzó a trabajar en el
negocio de la familia; hijo de Rafael María Sosa y Virginia Rivero de Sosa
(ambos nativos de Trujillo); tuvo otros hermanos Víctor, Rafael Antonio y
Miguel Ángel.
Los hijos de Chico Sosa son: Francisco
Javier y Dariela Sosa Quevedo, es católico practicante; recuerda que cuando
llegó a Boconó las calles eran de piedra, no había alumbrado público y muy pocos
carros. En su establecimiento su puede encontrar: vela de cebo, alpargatas,
cotizas, sombreros, dictamo real (rama a la que le atribuyen propiedades para
rejuvenecer), velas, refrescos, mecates, brochas de cabuya, machetes,
escardillas, palas, picos, licor seco, chimo, miel de abeja, platos de peltre y
sombreros.
También puede adquirir en este lugar,
otros objetos como: pocillos, bacinillas (vasos de noche), jabón de tierra,
vela de graso, agua florida (para el dolor de cabeza, mareos), cucharones, brochas,
parrillas, sal en grano, kerosén, manteca de cochino, plantas medicinales, cal,
almidón criollo y miche sanjonero.
Relata Chico Sosa que muchos años atrás
la gente luego de comprar algo, reclamaban su ñapa, el dueño de la bodega les
obsequiaba por cuenta de la casa, un caramelo, una acema, o un trozo de papelón.
Al principio su establecimiento lo abría
a las 6 am y lo cerraba a las 10 de la noche; en el mismo sector de Pueblo
Nuevo existían otros comerciantes Rómulo Contreras, Nemecio Torres, Víctor
Venegas y Víctor Cegarra, todos ya fallecidos. Francisco Domingo Sosa Rivero,
ya murió sus restos reposan en el cementerio local; sus hijos y nietos son los
que ahora administran su popular bodega, con la que levantó a su familia.
twitter:@alirioaltuve
3 Comentarios
Ah rigor,que trata encontrar en este relato a mi papa, Dios lo tenga en gloria!!!
ResponderEliminarAunque pase el tiempo siempre te recordaremos que grande y bella persona eras abuelito...
ResponderEliminarNunca olvidare aquellos abrazos que me dabas, bisabuelo te tendre siempre en mi corazon
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