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Una vez cumplida el pasado domingo 5 de mayo la
celebración de los tradicionales oficios religiosos de acción de gracia,
previstos en el programa elaborado por la junta directiva del CRGV-Trujillo en
la ceremonia conmemorativa al Día
Nacional del Reportero Gráfico y los 76 años de la fundación del gremio
periodístico activo más antiguo del país, acto donde pudimos observar la
presencia de Reporteros, Periodista, Locutores y algunos invitados especiales,
los que de inmediato se trasladaron hasta la sede de un conocido restaurant
situado en la via a La Puerta donde se cumplió un brindis con unas espumosas
bien frías, un suculento almuerzo ofrecido por un empresario local amigo, quien
pidió el anonimato de tan solidario y gentil gesto, ya finalizando la tarde se
canto el cumpleaños feliz y se partió la tradicional torta.
El día lunes a las 2.00 de la tarde, tal como estaba previsto se
desarrollo una sesión especial en el Concejo Municipal de San Rafael de
Carvajal donde el orador de orden Pedro Bracamonte Osuna diserto sobre varios
tópicos inherentes al oficio del Reportero Grafico y el gremio que los agrupa
en el país y la región, tal como a continuación se transcribe en su discurso
titulado:
La fotografía como forma de vida
El experimentado fotógrafo Martín Keene, sostiene que "la fotografía de prensa no es
únicamente un oficio. Es algo más que una carrera profesional. Es una forma de
vida”. Honor a estos defensores de la libertad de expresión, que hoy nos convocan
a esta compartida…
1977 fue un año noticioso. En Maracaibo cae abatido, el
ganadero Ezequiel Semprún, el séptimo de diez hermano, en la vendetta que por
25 años sostuvieron las familias Semprún y Melean que dejó una estela de 30
fallecidos. Ese mismo año se registra la muerte del humorista Aquiles Nazoa en
un absurdo accidente de tránsito. 1977, es el año en que sentenciaron a muerte
a la famosa espía Margaretha Geertruida, mejor conocida como Mata Hari y los
venezolanos ese año batimos un record mundial, por haber consumido 30 millones
de litros de whiski. Toda una hazaña. Una fecha en particular de aquel año de
1977, fue el 24 de julio, el mismo día en que nacieron Simón Bolívar, el novelista francés Alejandro Dumas, Juan
Vicente Gómez y se conmemora la Batalla Naval del Lago de Maracaibo de 1823.
Aquel 24 de julio de 1977, en Valera, en una pequeña oficina de la Banda
Ciudadana situada detrás del olvidado Supermercado Victoria, se reunieron en
horas del mediodía un grupo de fotógrafos con la idea de constituir el Circulo
de Reporteros Gráficos de Venezuela Seccional Trujillo, que meses más tarde en
la ciudad de San Cristóbal obtiene su legalización.
A nadie sorprende la idea de que navegamos en una sociedad
que depende altamente de sus servicios, de su tecnología informatizada y de la
información. Para nadie es un secreto como la producción de bienes de consumo
ya no ocupa nuestra mayor atención, ya que fue sustituida por la producción y
consumo de servicios, conocimientos e información. En síntesis dependemos
altamente de una gran cantidad de información, y la necesitamos de forma rápida
y constante. Se han puesto a pensar por un momento en la cantidad de
información que se ha generado sobre nuestro país en los últimos meses y verán
que es superior a la cantidad de alimentos que producimos.
Reitero que nos asfixia una marea tecnológica, donde
apenas podemos respirar. Actualmente nuestro ambiente está marcado por la
imagen, sobre todo debido al auge de los medios de comunicación. Una enorme
saturación de información escrita, visual y en movimiento nos invade.
Cualquiera de nosotros puede conocer lo que pasa al otro lado del planeta, con
solo accionar un teléfono celular u otro accesorio tecnológico.
Desde los tiempos en los que el francés Joseph Nicéphore
Niépce consiguiera obtener la fotografía más antigua de la historia, la llamada
“Ventana en Le Gras”, han sido muchos los acontecimientos y detalles que se han
conseguido captar con el objetivo de una simple cámara. Es por eso que lo que
era concebido como una simple afición, se ha ido profesionalizando hasta surgir
una variante del periodismo tradicional que ha considerado a la fotografía como
un recurso esencial, que va más allá de las palabras y que puede dar testimonio
de hechos importantes. Así apareció la figura del reportero gráfico.
La mayoría de nosotros lleva consigo un teléfono celular,
que en el mejor de los casos usamos más
como cámara fotográfica que como teléfono. La imagen fotográfica por ende se ha
convertido en parte de nuestra cotidianidad.
La fotografía desde sus orígenes ha sido uno de los
inventos más señalados y reconocidos de la historia, ya que ha permitido que la
sociedad pueda ser testigo directo de acontecimientos y formas de vida propias
de otras épocas que serían imposibles de narrar u observar si solo nos
limitáramos a contarlos de manera escrita.
Esta actividad profesional ha aprovechado las ventajas que
ha ofrecido la fotografía desde sus orígenes para descubrir lo que las letras
no muestran; algo que parece estar cada vez más presente en esta variante del
periodismo convencional, puesto que los recursos visuales cada vez ocupan más
espacio que el que se les otorgaba en el pasado.
A lo largo de nuestra historia, el periodismo gráfico no
ha proporcionado multitud de documentos que permiten observar momentos
relevantes de nuestro acontecer, con este tipo de imágenes no solo se observa
lo evidente, sino que también se pueden observar características propias de una
época como la arquitectura, las vestimentas, las expresiones faciales de la
población o la concentración de gente que pudo haber durante esos hechos y
analizar la trascendencia que pudieron haber tenido.
Un viejo proverbio chino, originó uno de los mayores
malentendidos de la cultura visual al repetir sin averiguar su origen la frase “una imagen vale más que mil palabras”. El nacimiento de la confusión es por demás
bizarro. Un publicista norteamericano lo introdujo en un aviso de polvo para
hornear marca Royal. Allí, el dibujo de un “sabio chino” sentenciaba que una imagen
vale más que mil palabras y exhibía con orgullo una gran torta. La muletilla
dio lugar a intensos debates de conductores sin imaginación. En realidad la
traducción adecuada de este proverbio chino debería ser “el significado de una imagen puede expresar diez mil palabras”,
que no superpone lo gráfico a lo textual, sino que los hace convivir en
armonía.
Para entender los orígenes del fotoperiodismo, en primer
lugar hay que preguntarse en qué consiste esta disciplina. El español Antonio
Alcoba López explica en su libro Periodismo gráfico: “las bases del periodismo gráfico moderno, entendiéndolo como una
profesión cuyo fin es mostrar de manera visual las realidades que acontecen en
el entorno”.
Alcoba López señala que esta profesión surgió porque “la fotografía otorga al recurso gráfico de
los periódicos el motivo de convertir las informaciones en más auténticas”.
A ello, el autor resalta su valor testimonial, así como su papel a la hora de
reforzar la información escrita.
Este periodista también señala que la fotografía se ganó
su espacio en el periodismo cuando “las
empresas periodísticas se dieron cuenta de que la ventaja ofrecida por la
imagen, para hacer más rentables sus medios al incluir testimonios fotográficos
destinados a poner al alcance de los mismos, imágenes de los hechos y sucesos
más variados bien para ilustrar las crónicas de sus redactores o enviados
especiales”.
Los documentos históricos nos relatan que la fotografía de
prensa en Venezuela surge en 184,1 mediante el uso del daguerrotipo y en 1889
aparece el primer medio tono en una publicación nacional, justamente el 31 de
marzo en el número 4 de la publicación “El Zulia Ilustrado”, donde se difunden
dos fotos que muestran a dos hombres antes y después de la operación de un
enorme tumor. En síntesis, el fotoperiodismo en Venezuela comienza a
desarrollarse luego de las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez, con la
captación de imágenes de hechos noticiosos, espontáneos, sin poses, con
acciones y movimientos obteniéndose fotos de calidad como la gráfica de Héctor
Rondón en El Porteñazo, merecedor del premio Pulitzer de Fotografía.
Un día como hoy en 1943, hace 77 años, mientras que a
piquetazos derrumbaban el famoso callejón caraqueño “La Chayota” atiborrado de
jóvenes prostitutas francesas para abrirle paso a la construcción de la
urbanización El Silencio, un grupo encabezado por Juan Avilan, Luis Noguera,
Francisco Edmundo Pérez, Emilio Ugueto,
Roberto González, José
Noguera, Bernardo Dolande, Castor J. Noguera, Alberto Avilan, Miguel
León, Carlos Flores y Juanito Martínez Pozueta, se reunían en horas del
mediodía en la sede de la emblemática AVP caraqueña para darle cuerpo y vida a
esta aguerrida organización que hoy es el Circulo de Reporteros Gráficos de
Venezuela. En aquella histórica asamblea Bernardo Dolande, fue electo como el
primer secretario general de este gremio que nacía bajo la tutela y protección
de la extinta AVP.
A este movimiento caraqueño se sumó el país entero y es
así como en el estado Trujillo en 1977, germina y se capitaliza esta idea,
cuando Antonio “El Típico” García, Nelson Maya y Fernando Rivas, debidamente
autorizados por la Junta Directiva Nacional actuando como miembros de la
comisión organizadora para crear y nombrar la Seccional Trujillo. Junto a ellos
inscriben su nombre en la historia del periodismo trujillano Guillermo
Ceballos, Isaac Pírela Hernández, Luis Alberto Vallejo, Gabriel Montenegro
Rojas, Jorge Luis Milanés Bracamonte, Oswaldo Pírela Hernández, José Gregorio
González Hernández, Noel Araujo, Gilberto Ascanio Giménez, Iván Hidalgo
Hernández, Juan Castellanos León, José Pulido Ocanto, Ramón Eugenio Suárez
Sánchez; todos, fotoperiodistas en ejercicio en El Diario El Tiempo, Diario de
Los Andes, corresponsalía de Diario Nacional, Oficina Regional de Información
de la Gobernación del Estado Trujillo, Oficina de Prensa de La Asamblea
Legislativa del Estado Trujillo, Oficina de Prensa del Concejo Municipal de
Valera respectivamente. Es así como aquel 24 de Julio de 1977 nace el Circulo
de Reporteros Gráficos de Venezuela Seccional Trujillo, quienes eligen al
“Típico” Antonio García como su primer Secretario General.
Las reivindicaciones laborales y el respeto de la
profesión fueron sus primeros estandartes de lucha de esta noble labor que a lo
largo de su historia, ha ido evolucionado gracias a numerosas mejoras que se
han produciendo tanto en las propias cámaras fotográficas y sus utilidades,
como en las técnicas que se han descubierto por parte de quienes la ejercen
que, al fin y al cabo, son los responsables de esta “revolución”. Aunque en la
actualidad se está tendiendo a usar a otros elementos multimedia como los
vídeos y audios como elementos de apoyo a las informaciones elaboradas, la
fotografía sigue manteniendo su liderazgo, ya que muestra características y
detalles que, con otros recursos, podrían pasar más desapercibidos. A estos
nobles profesionales del fotoperiodismo hoy se les suman en la difusión de
imágenes, un incontable grupo de aficionados que gracias a la tecnología de las
redes propagan fotografías con la buena intención de comunicar hechos pero sin
el profesionalismo que caracteriza a un verdadero reportero gráfico. Recordemos
que no se trata de la cámara, es el FOTOGRÁFO el que a través de sus
conocimientos, a través de su posición con la cámara, y dependiendo del plano
que use, es, él que es capaz de
transmitir una sensación que se convierte en emoción. A eso llamo sensibilidad.
En esta festiva fecha rememoramos y reconocemos a los
miembros de este gremio, en especial recordamos a aquellos que marcaron su
pauta y hoy no pueden acompañarnos: Rodolfo Zambrano, Regulo Jiménez, Ángelo
Megaro, Iván Rangel, Narciso Rondón, Jorge Luis Milanés Bracamonte, Arnoldo
“Gato” Medina, Vicente Sánchez, Luis Alberto Vallejo y Javier Abreu.
La existencia del fotoperiodismo es un aspecto fundamental
pues, como lo he expuesto desde el comienzo de esta disertación, las imágenes
han sido a lo largo de la historia un fiel testigo de los avances de la
humanidad y, en la actualidad, de barbaries como los atentados terroristas y la
violación constante de los derechos humanos, que son algunos de los temas que
más páginas están ocupando en los últimos años en nuestra disminuida prensa.
A pesar de las nuevas posibilidades que ofrecen los medios
digitales, las instantáneas siguen siendo el mayor recurso que cala en las
retinas de los lectores. Por ello, muchos de los nuevos periódicos online,
están dedicándole un mayor espacio a las fotografías que al texto que las
acompaña, pues son el elemento que llaman la atención a primera vista.
El hecho de que en estas líneas haya comenzado por hacer
un repaso histórico por los orígenes del fotoperiodismo para luego introducirme
en el análisis de los principales elementos perturbadores como los mencionados
anteriormente, sumándole a esto el cierre de centenares de radios y periódicos.
A diario vemos con asombro como bajo un manto de legalidad se aprueban leyes y
decretos que justifican esta represión. La ley "mordaza", la reciente
"Ley Contra el Odio" que impone hasta 20 años de prisión por
"incitación al odio", un delito que se le podría imputar a quienes
participen en protestas o difundan opiniones contrarias en redes sociales. A
los medios impresos se le imposibilita adquirir papel prensa y algunos
periódicos han dejado de imprimir debido al monopolio de la distribución del
insumo a manos de una compañía estatal. Son muchas las denuncias y las amenaza
sobre los medios sobrevivientes y la constate coacción a la libertad de
expresión que me permiten hoy enaltecer
a una profesión a la que no se le ha otorgado aún su verdadero rango
protagónico.
Hoy día los reporteros gráficos son en mi modesta óptica,
un admirable grupo de valientes y no una simple especie en extinción.
Hermanos reporteros gráficos, no podemos continuar siendo
tolerantes ni complacientes frente a tantas injusticias. Los enemigos de la
libertad de prensa los encontramos por doquier y se manifiestan en las
autoridades, políticos y personalidades intolerantes. Identificar a los
enemigos de la libertad de prensa con un sello específico limitaría nuestro
trabajo, que tiene como norte garantizar las libertades de expresión y de
prensa. El mayor enemigo, en todo caso, es el silencio. Nuestra obligación con
la ciudadanía es la de situarnos a la vanguardia de la defensa de la libertad
de expresión, entonces sabremos que no hemos defraudado a esta noble profesión,
que no es más que una forma de vida.
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