Soy adversario de la abstención; soy un demócrata convencido; soy un cristiano rebozante de optimismo, de fe y de esperanza; por eso el domingo 6 de diciembre de 2020 votaré por los candidatos a diputados que la oposición postule a la Asamblea Nacional.
JESÚS SEGOVIA
CNP 7.635
jesus63segovia@yahoo.es
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Hace dos mil años, cuando su propio pueblo judío lo condenó a la pena de muerte, y el imperio romano lo crucificó en la cruz del calvario, cuando eso aconteció, Jesucristo no murió de brazos cruzados.
No, no, el Hijo de Dios no se escondió. Él fue valiente y dio la cara. Superó los miedos y los temores.
Jesús de Nazaret no se cruzó de brazos. De manera cívica y pacífica, él luchó por lo que creía justo y correcto, siempre con la verdad por delante.
Pendientes, oído al tambor, abran los ojos amigas y amigos lectores. No es un asunto meramente espiritual. No lo es, porque bregar por lo que uno considera que es justo, correcto y verdadero, tiene que ver con todos los ámbitos del quehacer humano, sin excepción alguna.
En consecuencia, y trasladando este mensaje al trabajo político partidista, estoy convencido de que los venezolanos debemos y tenemos que participar en las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional previstas para el domingo 6 de diciembre de 2020.
*¿Cuáles son las razones para votar?*
Soy adversario acérrimo de la abstención. No me anoto en esa postura equivocada que significa perder y perder, sin intentar triunfar.
No sufragar es cruzarse de brazos y ponerle la victoria en bandeja de plata al nefasto chavismo madurismo.
Pese a que el árbitro electoral no es confiable, aún así tenemos que ejercer el derecho al sufragio y cuidar los votos con suficientes testigos en las mesas electorales.
Con ese árbitro comicial en el que no confiamos, la oposición ganó abrumadoramente la contienda parlamentaria del 6 de diciembre de 2015; y vencimos por dos motivos básicos y fundamentales: primero; salimos a votar masivamente, sin dudas ni vacilaciones, y segundo; cuidamos esos sufragios en los centros electorales.
Mi propuesta de hombre demócrata; de cristiano lleno de fe y de esperanza, repleto de optimismo, es que el 6 de diciembre de 2020 ejerzamos el derecho constitucional al sufragio.
No nos quedemos en nuestras casas. No nos rindamos. No nos crucemos de brazos.
No dejemos ni permitamos que otros voten por nosotros. Porque eso hará el malvado y maléfico chavismo madurismo si quienes militamos en la oposición no votamos ni cuidamos esos sufragios con testigos firmemente plantados en las mesas electorales.
¡He dicho!
No, no, el Hijo de Dios no se escondió. Él fue valiente y dio la cara. Superó los miedos y los temores.
Jesús de Nazaret no se cruzó de brazos. De manera cívica y pacífica, él luchó por lo que creía justo y correcto, siempre con la verdad por delante.
Pendientes, oído al tambor, abran los ojos amigas y amigos lectores. No es un asunto meramente espiritual. No lo es, porque bregar por lo que uno considera que es justo, correcto y verdadero, tiene que ver con todos los ámbitos del quehacer humano, sin excepción alguna.
En consecuencia, y trasladando este mensaje al trabajo político partidista, estoy convencido de que los venezolanos debemos y tenemos que participar en las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional previstas para el domingo 6 de diciembre de 2020.
*¿Cuáles son las razones para votar?*
Soy adversario acérrimo de la abstención. No me anoto en esa postura equivocada que significa perder y perder, sin intentar triunfar.
No sufragar es cruzarse de brazos y ponerle la victoria en bandeja de plata al nefasto chavismo madurismo.
Pese a que el árbitro electoral no es confiable, aún así tenemos que ejercer el derecho al sufragio y cuidar los votos con suficientes testigos en las mesas electorales.
Con ese árbitro comicial en el que no confiamos, la oposición ganó abrumadoramente la contienda parlamentaria del 6 de diciembre de 2015; y vencimos por dos motivos básicos y fundamentales: primero; salimos a votar masivamente, sin dudas ni vacilaciones, y segundo; cuidamos esos sufragios en los centros electorales.
Mi propuesta de hombre demócrata; de cristiano lleno de fe y de esperanza, repleto de optimismo, es que el 6 de diciembre de 2020 ejerzamos el derecho constitucional al sufragio.
No nos quedemos en nuestras casas. No nos rindamos. No nos crucemos de brazos.
No dejemos ni permitamos que otros voten por nosotros. Porque eso hará el malvado y maléfico chavismo madurismo si quienes militamos en la oposición no votamos ni cuidamos esos sufragios con testigos firmemente plantados en las mesas electorales.
¡He dicho!
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