¡En serio, la organización es imprescindible!
*Dra. Elsy Berti
En esta oportunidad, comenzaré este escrito con un conocido verso de François Villon que se encuentra reflejado en la Balada de los Ahorcados “Jamás un instante permaneceremos quietos; de acá para allá, según varía el viento”. Nada más verdadero en estos tiempos donde los individuos realizamos distintas actividades las veinticuatro horas (24) del día, hasta parecen interminables.
Es imprescindible mantener el registro y control mental de lo planificado para no vivir con la constante sensación de olvido. El desorden obstaculiza el equilibrio emocional y psicológico, es un desencadenante de otras situaciones que también generan estrés por sí mismas.
Antiguamente, las rutinas diarias de una civilización se determinaban digamos por leyes de la naturaleza; sequías, inundaciones, migraciones de cierta especie de animales; es decir, eventos que marcaban pautas para iniciar las temporadas (cosecha, rituales y hasta gestaciones). Es entonces, cuando se hace necesario a través de la escritura en una llamada “guía colectiva” marcar ciertas pautas que ayudaran a mantener el orden secuencial del día a día y que poco a poco fue tomada desde el punto de vista individual dando lugar a las primeras agendas.
Se ha mencionado que las primeras agendas cercanas a la que conocemos actualmente, datan del siglo XVIII; sin embargo uno de los antecedentes de las mismas fue el almanaque “al-manakh” en árabe, cuyo significado se refiere a un ciclo anual donde se documentaban las festividades religiosas de la época. Por otra parte, el vocablo surge en la Roma antigua y por ende proviene del latín itineris que significa “viaje de un día”. Pero para tener concepción de una agenda como aparentemente se tiene ahora pasaría mucho tiempo; no fue sino hasta el siglo XIX que la agenda apareció en Francia, con el significado “las cosas que hay que hacer”.
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Ahora, confiamos la organización del tiempo anticipando la jornada previamente en las agendas, que han evolucionado hasta el punto de los formatos impresos y electrónicos con gran variedad de diseños para todos los estilos.
Es necesaria una guía para poder sincronizarnos y priorizar actividades que por el contexto en el que ahora producimos se nos multiplican en corto plazo.
Por otra parte, no basta con solo tener una agenda; muchas personas padecen de estrés a causa de una mala organización de las tareas diarias; por ello, me parece importante recalcarlos beneficios tanto para la salud, como para la vida en general.
En un blog disponible en línea expuesto por Raidry (2018) explica los beneficios para la salud asociados con ser organizados tales como; el aumento de energía, mejorar hábitos alimenticios (tema referido en el artículo anterior), mantener ocho (8) horas de sueño continuo tal y como también lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la temática de estilos de vida saludable. Asimismo Raidry (Ob.Cit) menciona, reducción del estrés y loe eventos cardiovasculares.
De acuerdo con la OMS se señalan diez (10) hábitos que pueden dañar el cerebro; ya que, cumple la función primordial de hacer trabajar todos los sistemas del cuerpo humano, convirtiendo en parte primordial a la hora de cuidarlo y una de esas formas es manteniendo el orden a través del cuidado de nuestro tiempo agendando nuestro día a día. Aprendamos a respetar nuestro propio tiempo. Por ende, comenzar el día desayunando previene que nuestro cerebro no termine con enfermedades graves y neurodegenerativas, proporcionar los nutrientes necesarios a nuestro cuerpo para comenzar a cumplir con la agenda y mantenernos activos hasta el final del día.
Por otro lado, está demostrado que fumar promueve la aparición de enfermedades como el Alzheimer y causa mutaciones en el ADN que dan lugar a células cancerígenas. Asimismo, exponerse frecuentemente a ambientes contaminados entra en la lista de los hábitos mencionados anteriormente; puesto que, el cerebro necesita el intercambio constante de gases y el transporte de oxigeno hacia las células para su correcto funcionamiento.
Al igual que el dormir lo suficiente como se mencionó anteriormente da pie entre muchas variantes a la renovación celular y ni hablar de la buena actitud al despertar. La organización menciona además como daño al cerebro; el comer en exceso, el consumo de alcohol, el estrés, la violencia pero sobre todo la falta de actividad física, estímulos mentales y ejercicio.
Para culminar; en cuanto a lo mencionado, la revista Neurobiology of Aging hace referencia a que hacer ejercicio por lo menos tres veces a la semana mantiene el cerebro bien estructurado y lo suficientemente acelerado; de no realizarse una actividad física el cerebro se envejece y pierde sus capacidades. Igualmente, leer un libro o buscar palabras nuevas para estimularlo aumenta la capacidad de aprendizaje y memoria. ¡Invierte en una agenda o mejor aún invéntate una!
Dato curioso
Benjamín Franklin es un ejemplo de que las personas exitosas pueden tener el escritorio desordenado.
*Dra. Elsy Berti
Coordinadorara General del Servicio de I.T.S Programa VIH/SIDA Médico Coordinador de la Consulta Adolescente, Directora del Club Adolescente del ASIC Boconó
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