Alirio Altuve
Contreras CNP 14.666
El padre
Hermagoras Rivero comparte con los lectores de NotiBoconó, parte
de lo que ha sido su vida y cómo fueron los primeros años en su natal Chejendé,
localidad que pertenece al municipio Carache del estado Trujillo, del cual
guarda los mejores momentos. El Pbro.
Rivero expresa vehementemente que no se arrepiente de la vocación que tomó al
convertirse en sacerdote “todo este
tiempo he sido fiel a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote”.
Breve
biografía
Hermagoras de
Jesús Rivero Perdomo nació en la población de Chejendé (30/4/1945), sus padres
fueron Tomás Rivero y María Eugenia Perdomo de Rivero, es el tercero de un
total de siete hermanos, su primaria la cursó en el grupo escolar José Felipe
Márquez Cañizalez, la secundaria en el seminario Arquidiocesano de Mérida
(1961-1966); de ahí pasa a Caracas a estudiar la filosofía (UCAB) y la teología
en el seminario Santa Rosa de Lima. Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de
1972 en la catedral de Trujillo, por imposición de manos de Mons. José León
Rojas Chaparro. Al respecto comenta “a
los pocos días de ser ordenado me envían al seminario de Trujillo, formé parte
del equipo directivo y ejercí como docente, también fui capellán de las Siervas
del Santísimo y del cuartel Rivas Dávila”
Vocación
no imposición
Explica el
clérigo que cuando las actividades se hacen por convicción y vocación, los
resultados son muy buenos, cuando hay imposición no son favorables “el único religioso de mi familia soy
yo, a Chejendé llego un religioso Eudista buscando personas que quisieran irse
al seminario, yo escuchaba con atención sus palabras, un día le dije que yo
quería esa vida, eso fue en 1961, mi familia se alegró y me apoyaron en la
decisión que había tomado y que para siempre cambió mi vida. Algunos me decían
no te vas a casar, no vas a tener una familia, pero no me arrepiento de haber
seguido a Cristo. Para mi familia al principio fue dolorosa esa separación, el
sufrimiento fue mutuo, yo estaba contento porque me iba a convertir en sacerdote;
recuerdo que cuando llegué al seminario de Mérida fui acompañado por el párroco
de Chejendé padre Lorenzo Iglesias (Capuchino), también iba mi papá Tomás, lo
primero que hice al entrar fue visitar la capilla y me ofrecí al Señor para que
hiciera su voluntad, yo pedí que si llegaba a ser sacerdote, fuese ordenado el
15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María y así fue, recuerdo que la
ceremonia se realizó día martes. En Mérida comenzamos 45 seminaristas, cinco de
los cuales éramos trujillanos, a Caracas llegamos sólo dos, el actual Obispo de Guanare Mons. Trino Valera y yo; ambos
fuimos compañeros de estudio”.
Párroco
de distintas comunidades
Relata el padre
Rivero Perdomo que su labor pastoral la ha ejercido en la diócesis de Trujillo “en 1975 me asignan la parroquia el
Carmen (Boconó), este cargo lo ocupé durante 13 años. En 1988 soy trasladado a
Escuque parroquia Dulce Nombre de Jesús, ahí estuve hasta el 2004; luego me
asignan para San Rafael Arcángel de Campo Elías.
En todos estos
lugares he cultivado amistades muy estrechas, sobre todo en Boconó tengo muchos
ahijados, todo esto se logra compartiendo los misterios de Cristo y esa
identidad con los fieles la ha de buscar el sacerdote siempre, para que la
misión de ser portador de la palabra del evangelio se cumpla fielmente”.
Este presbítero
trujillano el próximo 15 de agosto celebrará sus 47 años de vida sacerdotal; en
1979 fungió como secretario de la visita ADLIMINA y tuvo la oportunidad de
conocer personalmente al papa Juan Pablo II en Roma. El último cargo
desempeñado fue el de párroco de San Rafael de Campo Elías; de acuerdo al
derecho canónico cumplida la edad reglamentaria, envió oficio a la Santa Sede
solicitando cesar en las funciones que por más de cuarenta años ejerció
responsablemente.
Actualmente
colabora en la parroquia El Carmen de la zona pastoral San Alejo de Boconó y
todos los domingos oficia misa en la capilla de la urbanización el Rincón II,
lugar donde reside.
Finalmente el
padre Hermagoras Rivero envía un mensaje a la juventud “si tienen la posibilidad de seguir a Cristo no duden en hacerlo,
deben estar atentos a su llamado para que forme parte de la iglesia como
personas consagradas para el trabajo, necesitamos muchos sacerdotes y
religiosas para extender el reino de Dios en la tierra”.
@alirioaltuve
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