El esbirro siempre es el segundo

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*Alexis Urbina
Foto: Notibocono

En el transcurso de mi vida he  tenido la oportunidad de ver diferentes tipos de películas de diversos géneros, por lo cual, he podido observar filmes, pertenecientes a géneros tales como: cine de autor, western americanos, western espagueti, tramas de amor, operas primas, cine europeo, filmes venezolanos y en muy contadas ocasiones películas cuya trama principal está orientada hacia a la violencia.

Sin embargo, el sentido de esta disertación sobre el séptimo arte, tiene como norte, hacer mención a tres películas, que sin pertenecer a un mismo género cinematográfico, tienen demasiados elementos en común. Por otra parte, puedo hacer mención a dos novelas venezolanas que tratan el tema de las dictaduras y los regímenes autocráticos  de una manera crítica.

En primer lugar, haré mención  a La Fiesta del Chivo, pieza cinematográfica que trata sobre la dictadura de  Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana. En el caso especifico, de la película en cuestión, como segundo al mando, aparece la figura del doctor Agustín Cabral, -personaje ficticio apodado “cerebrito Cabral”-, quien alcanza a tanto poder, que abusa del mismo, llegando a ser el brazo ejecutor de las maquiavélicas técnicas  dictatoriales del régimen de “Chapita” Trujillo, entre ellas; las desapariciones forzosas; los tratos crueles e inhumanos;  y los juicios express, en los cuales, se daba  la orden de eliminar por cualquier medio a las personas que disentían de la dictadura. No obstante, al final de la trama “cerebrito Cabral”-, pierde los favores del dictador y llega ser victima de sus propios desmanes, y termina enfermo, sin poder responderle a su hija Urania, los reclamos que esta le hacia por habérsela puesto en bandeja de plata al dictador Trujillo, para que este saciase sus más bajos instintos.

En segunda instancia,  haré alusión a El Último rey de Escocia, film que retrata la vida  de Idi Amin Dada, quien en la época de los setenta del siglo pasado, fue dictador en Uganda. En la trama aparece la figura del doctor Nicholas Garrigan, quien propiamente no alcanzó a ser un segundo al mando, puesto que era inglés. No obstante, la trama lo muestra como una persona que llegó  a ser  un pseudo-amigo de Amin, -no propiamente un esbirro- , el cual, influía en muchas de sus decisiones, -que algunos casos atentaban contra dignidad del ser humano-. Lo cruel del asunto, es que Garrigan, al transcurrir del tiempo y paulatinamente ir conociendo, las prácticas atroces del dictador contra su pueblo, cambia de opinión de manera drástica y se aleja de Amin.

Otra película,  que debo mencionar es El gran dictador protagonizada por Charles Chaplin, quien encarna al  cruel Adenoid Hynkel, -nombre ficticio que sirvió como artilugio cinematográfico del director del film, para referirse al autócrata nazi  Adolfo Hitler. Ahora bien, en lo concerniente  a este artículo,  es que también en está película aparece la triste figura del segundón, en este caso es el Ministro del Interior Garbitsch, quien parodia a quizás uno de los más grandes asesinos de la historia de la humanidad, Joseph Goebbels.

Aunado a lo anterior, debo mencionar, -no a una película-, sino más bien a una novela de la televisión venezolana, Estefanía, la cual, tiene como época, el gobierno del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. En este sentido, puedo recordar la malévola figura de  Pedro Estrada, -personaje que existió en la realidad-. Ahora bien, ¿quien fue realmente Pedro Estrada?, según comentarios y referencias, este hombre llegó a ser quien decidía todo lo relacionado a la seguridad del dictador, para ello hacía uso de su maldad, perversidad, y del miedo que inoculaba en el pueblo a través de las torturas, desapariciones  y de un manejo tétrico de la Seguridad Nacional.   

Y por último, haré alusión,  al personaje de Eloy Tarazona, -personaje que también existió en la vida real-,  quien en una novela, cuyo nombre no recuerdo, fue un segundón, que ejecutaba las órdenes del tirano Juan Vicente Gómez. Debo indicar que Tarazona, era quien  en muchas ocasiones le tocaba realizar los actos canallescos que le ordenaba Gómez.

Ya para concluir, el factor común entre cada uno de los filmes y en las novelas, de los cuales se ha hecho mención,  es que cada dictador, -no importa en que época-, tiene un segundo hombre al mando, que cumple las funciones de esbirro, es decir, quien tiene la función de realizar  las tareas  maquiavélicas del régimen. Mi pregunta es, ¿existirá en la actualidad, en algún lugar del mundo, un personaje, que tenga similitud con este triste accidente de la humanidad?. Si tiene alguna respuesta, quedo de usted, hágamelo saber.

*Periodista, abogado y docente.


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