La convivencia en paz es posible cuando hay acuerdos en el hogar

Paciencia es la capacidad que tenemos para tolerar aquello con lo que no estamos de acuerdo, también tiene que ver con la capacidad que tenemos para esperar los resultados deseados, por consiguiente se asocia con la asertividad y la constancia.


Cuando decimos “dame paciencia” estamos pidiendo a la divina providencia nos permita seguir callados y serenos ante situaciones que nos producen enojo y frustración, porque no son como quisiéramos, lo que es aceptado ya que además de ser un hábito muy común, se relaciona con las creencias del ser humano, sin embargo para la ciencia, lo más importante a la hora de necesitar paciencia es el entrenamiento.

Es necesario que las personas apuesten a su entrenamiento mental, ya que esta es la única manera de desarrollar habilidades que serán prácticas en todos los ámbitos de la vida, en este sentido la asertividad es una de las cualidades que todos debemos desarrollar, tanto para el ámbito familiar, como el laboral.

Es la asertividad la que nos dará la capacidad de “ponernos en los zapatos del otro” aunque no estemos de acuerdo con lo que esté diciendo, es decir, que podamos entender que la otra persona está viendo los hechos desde su perspectiva, tomando en cuenta sus experiencias particulares, sus intereses, sus conocimientos, esos que tú desconoces.

Por tu parte, tú estás viendo el mismo hecho pero desde tu perspectiva, basada en tus experiencias particulares que pueden ser distintas a las suyas, tus conocimientos y tus intereses diferentes a los de la otra persona. Esto puede hacer que lo veas completamente diferente, por lo tanto, no te queda más que reconocer las diferencias y defender tu punto de vista, pero respetando la opinión de la otra persona.

El ego
El ego también trabaja en esta tarea, ya que cuando siempre queremos tener la razón, estamos dejando que nuestro ego se salga de control y pongamos en práctica una distorsión cognitiva producto de nuestra inmadurez mental y que nos pone en problemas en muchas oportunidades.

Para minimizar los impactos del ego, debemos ceder ante las pretensiones arrogantes de nuestro yo y podamos liberarnos de esta práctica esclavizante que no nos permite respirar en paz y sentir felicidad con lo que somos aunque no sea reconocido por otros.

Cuando logres hacer eso, estarás actuando desde la asertividad y estarías contribuyendo al desarrollo de tu paciencia, ya que la tolerancia también se ve inmiscuida en esta práctica, además del control de un ego que puede ser el resultado de problemas o situaciones no resueltas en nuestra vida.

La constancia
Por otro lado la constancia está relacionada, porque el hecho de repetir la operación de ponernos en los zapatos del otro y comprender las diferencias, así como también defender nuestro propio punto de vista con respeto, debe hacerse cuantas veces sea necesario.

El hecho de esperar el resultado deseado mientras se continúa trabajando, es otra forma de paciencia que tembién amerita constancia y disciplina. Como verás se pone en practica aquello de "ayudate que yo te ayudaré", tanto pedir paciencia, como entrenar para lograrla, son necesarios a la hora de querer consolidar esta cualidad tan importante, para las relaciones interpersonales y el éxito en la familia y en el trabajo.

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