Vicaría Episcopal para las Comunicaciones de la Diócesis de Trujillo.
Nació en Boconó el 19 de julio de 1935. Hijo de Pedro Pablo Hernández y María Adriana Peña. El único varón de cinco hermanos. Bautizado en el Carmen de Boconó el 01 de agosto de 1935. Confirmado allí mismo el 20 de marzo de 1937. Huérfano de padres a los dos años, quedó bajo la tutela de la señora Ramona del Carmen Paredes.
A los 14 años ingresó al Seminario de Caracas. Cursó allí Bachillerato y Filosofía. En 1959 fue enviado a la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) para estudiar la Teología. Recibió el diaconado el 29 de junio de 1960. Fue ordenado sacerdote en la capilla del Colegio Pro América Latina (Lovaina) el domingo 02 de octubre de 1960. Al día siguiente cantó su Primera Misa. De allí partió al Colegio Pio Latinoamericano de Roma donde cursó la Licenciatura en Teología Dogmática. Hablaba varios idiomas. En 1963 celebró su “primera misa” en el templo San Alejo de Boconó. En Caracas, diócesis a la que pertenecía, ejerció el ministerio sacerdotal por once años desempeñado una variedad de funciones, ente ellas rector del Seminario San José de El Hatillo.El 25 de julio de 1974, a los 39 años de edad, fue ordenado Obispo Titular de Suleto y Auxiliar de Caracas por el Cardenal Quintero. Dos años después fue nombrado obispo coadjutor con derecho a sucesión para Trujillo (02 de febrero de 1976). Al fallecer Monseñor José León Rojas (el 11 de junio de 1982) asume la responsabilidad como el tercer obispo titular de Trujillo.
Desarrolló en la diócesis y en la Iglesia venezolana un fecundo ministerio. Además de sus responsabilidades en la CEV, realizó unas 159 visitas pastorales, fundó parroquias, fortaleció la pastoral vocacional (más de 100 presbíteros se ordenaron en la diócesis durante su episcopado), creó las dependencias eclesiásticas que hacían falta de acuerdo a las normas eclesiásticas, inició en Trujillo el diaconado permanente de la diócesis,, redactó innumerables discursos, cartas pastorales y varios libros, recibió diversas condecoraciones, apoyó decididamente la pastoral de las comunicaciones creando la emisora Paz Fm y un sinnúmero de otras obras e iniciativas pastorales.
“Caridad con Fe a los Hermanos” fue el lema de su escudo y episcopado. Un hombre de Dios, buen pastor de su pueblo trujillano, obispo celoso de su grey; sabiduría y humillad fueron algunas de las virtudes que supo conjugar. “ Mis mejores satisfacciones las he tenido cuando me encuentro con mis hermanos sacerdotes en convivencias, cursos, retiros; cuando el pueblo de Dios participa piadosa y activamente en las celebraciones litúrgicas; en el encuentro con los fieles en las visitas pastorales y en las solemnidades; haber continuado la labor pastoral vocacional de mis antecesores; haber permitido la presencia de congregaciones de religiosos y religiosas en la diócesis; la acción religiosa y el testimonio de los laicos en el trabajo del apostolado seglar con sus diversos carismas” (Palabras de Mons. Hernández en una de sus entrevistas).
Habiendo cumplido la edad canónica para el retiro, presentó su renuncia al obispado en el 2012. Ese mismo año (09 de junio de 2012) asumió como cuarto obispo de Trujillo monseñor Oswaldo Azuaje Pérez ocd. Desde entonces el obispo emérito de nuestra diócesis residió en el Seminario, la Casa de las Hermanas Dominicas y la parroquia San Jacinto en Trujillo. Durante los últimos años sobrellevó con fe y paciencia su enfermedad, recibiendo del Obispo titular, sacerdotes, religiosas y laicos, la digna atención que se merecía el bondadoso pastor.
Falleció con el auxilio de la oración y los santos óleos y acompañado de familiares y sacerdotes, el domingo 25 de marzo de 2018 a las 7 y 30 de la mañana en su habitación de la parroquia San Jacinto. Luego de varios días de honras fúnebres en algunas parroquias de la ciudad de Trujillo y la curia diocesana (donde hubo misas presididas por obispos trujillanos y varios sacerdotes) recibió cristiana sepultura, el miércoles 28 en la iglesia catedral de Trujillo . La solemne Eucaristía fue presidida por el Cardenal Baltasar Porras y concelebrada por los obispos Oswaldo Azauje, José Luis Azuaje, Benito Méndez, Juan de Dios Peña y un considerable número de sacerdotes. Diáconos, religiosas, seminaristas, movimientos de apostolado y feligresía, se unieron también en la oración y misa exequial.
Ayer 25 de marzo, la diócesis de Trujillo, ofreció la Eucaristía en sus diversos templos, en oración y memoria agradecida por el descaso eterno del muy recordado Mons. Vicente Ramón Hernández Peña quien con cariño solía decir: “Tengo a Trujillo como mi cuna, mi casa y mi tumba”.
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